Múltiple son los continuos cambios de uno mismo,
una balanza en constante movimiento,
es el ciclo eterno.

Con el tiempo creces y también crees que maduras,
te convence, hasta que pierdes tu pobre cordura,
si no fuera yo, sería uno más, sin duda,
mi escritura y mi locura, mi tortura y mi clausura.

Y si creo ir, pero estoy volviendo,
o si creo amar, pero estoy sufriendo,
o si siento frío puro como un témpano,
pero alrededor todo está ardiendo, todo está ardiendo.

No soy de contarte mis adentros,
pero puedes conocerme por lo que hablo, qué contradicción.
Eso soy yo, un muro de desolación,
de alegría y de rencor, de amor, de pura pasión.

No me convencía la oración,
y tras un proceso de edición se volvió la mejor canción.
Puede que mis ojos digan no,
pero estoy salivando pensando en su gusto, tacto y olor.

Infravalorado en esto del puto rap,
y haciendo filigranas en el boom bap como cualidad.
No es cuestión de medírnosla,
solo escucha y deléitate, solo déjate llevar.

De repente me entraron ganas de algo,
pero si no me muevo en segundos me dará igual,
ya lo haré en otro momento, y la vida se va,
y cuando despierto llego tarde, una vez más.

Múltiple es la relatividad, la multidisciplinariedad,
La nada, el todo.
No me conformo con minucias, pero luego,
acepto lo que sea, y así vamos, de mal en peor.

Últimamente me consagro como artista,
en mis oídos que se pispan, obra maestra.
Y a veces no me gusto, o me molesta,
que mi voz esté más grave o más aguda a lo que espero de ella.

Soy un vendaval en emociones dispares,
me alegro y enfado en porciones iguales,
dime que quieres y te lo daré,
pero no es el momento, así que vuélvete después, ¿vale?

Toma mi aglomerado, mi “yo” más cercano,
mundano, sincero y frustrado.
Agazapado y observando,
sabiendo bien lo que valgo, conformándome con menos.

Convertido en mi enemigo, surjo cual primer latido,
de la nada a tus oídos, de mi todo hasta el olvido.
De creerme lo que soy, hasta olvidarme de mi sino,
si no confiara en Kit, esto no estaría vivo.

Apuesto por mí, y sé que un acierto ha sido,
he pasado por avergonzarme, y me ha dolido.
Cualquiera de mis caras sabe en qué me he convertido,
ya no soy ese muchacho, ahora yo decido.

Kit-Z sin David, son palabras sin sentido,
como el yin y el yang, son dos conceptos unidos.
Si creo conocerme soy un gran desconocido,
por mi música me muero, pero por ella respiro.